Mis Memorias y los Mundiales: Corea–Japón 2002



Estas marcotas del mundial,
han sido las peores de la historia según mis gustos.

Este mundial no lo disfruté, los partidos eran en la madrugada, yo pasaba en la oficina, ya tenía mi actual empleo, ya era ingeniero, tenía un pick up y también ya tenía a mi tanque felino, a estas alturas yo ya me había cambiado de arte marcial, estaba en Ninjutsu, andaba haciendo cualquier locura extrema.

Había dejado de lado la poesía. Mamá ya estaba más tranquila en su empleo y ya no mandaba tanto jujujú! Vivíamos en una casa segura, mi hermana iba muy bien y en su carrera de médico. Mis abuelitos seguían en el cantón cada vez más viejitos, mama Manchita, nuestra nana, había muerto en el 99, los hijos de ella se la llevaron para Victoria, un pueblo de Cabañas y allí murió lejos de nosotros y no conocimos ni su tumba ni la vimos en sus últimos días. Un día la iré a visitar al cementerio. Eso de tardarme en conocer las tumbas ya se está haciendo costumbre, así pasó con la tumba de mi papá, yo la conocí muchos años después a causa de la guerra civil y con mama Manchita ya me tardé demasiado tiempo en ir , ahorita ella está tranquila, descansando con un jardín en el pecho y viendo cómo vuelan los pájaros.

Ese año fue chévere, viajé varias veces, gané una beca muy importante, conocí lugares impresionantes, conocí gente buena y gente mala también, etc. Al año siguiente, saqué con el banco mi primera casa.

Lo malo es que ese año me hice superficial, comencé a tinturarme el cabello, a maquillarme demasiado, a gastar en ropa, zapatos, carteras y cualquier pendejada que se me pusiera enfrente, bien dice el dicho que “el que nunca ha tenido y llega a tener, loco se puede volver”, toda la razón para ese refrán popular.

Mi primer cambio fue alisarme mi cabello colochito y luego lo mande a tinturar de color ciruela. Cuando la gente que me había conocido es mis años de patito feo, se ponían a hablar cosas como quien dice “bueno y esta, ahora quiere andar bien vestida y no se acuerda cómo era”, o las mujeres se ponían envidiosas porque en ese año yo me convertí en todo un bombón (me cae mal la canción de la Ninel Conde pero el término bombón es cagado de risa), comencé a usar escotes, falditas cortas, pantaloncitos socados, etc. jajaja obviamente, si me ponía escote entonces usaba falda larga, si me ponía falda corta entonces usaba camisa con mangas y cuello, nunca enseñando mucho, ¡el caché cuanto antes! Jajaja esa etapa mierda tan vanidosa es de las pocas cosas que me puedo arrepentir, ese año gasté un vergo de plata en salones de belleza, en pura vanidad que a la larga es por gusto, me recuerda a la frase de Al Pacino en el Abogado del Diablo “Vanidad, mi pecado favorito”.

Entrenaba Ninjutsu todos los días, y había un par de compañeras de entreno a quienes yo no les caía nada bien por mi apariencia física y mi jovialidad, no estaban acostumbradas a ver a una guerrera en tacones y con el cabello planchadito jaja pero esa apariencia fashion no me quitaba la garra de tigre que vivía en mí, además mis tacones eran unas armas excelentes jejeje.

Uy! pero lo vergón es que, aunque fue bastante tarde, en el 2008 me di cuenta de mi error y lo rectifiqué, ahora he vuelto a ser la mujer bohemia y free que era antes de hacerme semejante cambio tan pendejo.

Ahora ya soy yo otra vez!!! Jujujú.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Todavía eres un bombom, jajaja, quizá no sabor ciruela, talvés un poco más tipico, como un caramelo de miel y mantequilla, duro por fuera, dulce por dentro y suave en los labios (jajaja, bueno es mi fantasía porque nunca te los he probado).
La primera vez que te ví fue así como salida del salon, pero dicen que la verdad es la más bella.
Bendiciones, sigue adelante y confío en Dios que tu hermana saldrá victoriosa de esa batalla.
Con cariño, Fenixx Negro.

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