Una corona y unas Alas
El 1 de octubre me coronaron Reina Vitalicia de Los Paracaidistas Salvadoreños, me sentí muy contenta. Nunca había sido reina de nada durante toda mi adolescencia y juventud. Siempre optaba por otras cosas y no por una corona. Pero esta corona es distinta, porque no se trata de belleza, sino de hermandad.
Las autoridades de la Federación habían estado planificando esta coronación desde hacia ya bastante tiempo, al fin se dio de la forma que no pensé, creí que para la ocasión me pondría un vestidito bonito, unas sandalias altas o tal vez unas medias lindas, pero no fue así, la corona llego cuando yo andaba en jeans jaja la vida nos da los mejores momentos sin pensar en tu ropa.
La belleza se acaba con la oxidación de la materia, la vejez. Al final queda lo que tenés en el corazón y en el cerebro, lo que sos y lo que has vivido.
Mi novio, Eduardo Menjívar, estaba presente. Siempre acompañándome en los momentos
especiales, allí estaba cerquita de mi. Dándome su apoyo, su amor y su
enorme paciencia jaja.
Antes de la coronación, Luis Cerritos llego y me puso un paracaídas a la espalda para que yo recibiera la corona con el emblema que nos hace sentir pájaros y a veces arcángeles.
Al momento de la coronación, el compañero asignado para ceñir en mi frente la corona, Roberto "pollo" Ramírez, dijo que esa corona es porque soy la mujer que durante años los ha venido acompañando en el aire, que siempre he estado con ellos en el avión y en el descenso. Esa es la verdad, siempre he estado allí con mis hermanos de la seda, ese es el lugar al que pertenezco.
No se trata de ser linda sino de compartir con los camaradas, compartir el cielo, el vuelo, la vida y también la muerte.
Un momento muy especial fue cuando mi Cnel. Luis Mariano Turcios, Padre del Paracaidismo en El Salvador, me entrego mi cetro, lo hizo con una solemnidad que me hizo sentir la misma sensación del día que me gradué de paracaidista de caída libre, el día que me pusieron las Alitas clavadas en el pecho con sangre. Luego mi coronel me abrazó así como un padre abraza a su hija.
Recordé a mi padre en ese momento y pensé que a él le habría gustado estar allí. Pero a él lo saludo cada vez que salto, me acerco un poco a ese jardín donde puedo besar a mis muertos.
Para mí, el cetro es muy simbólico. El cetro fue una de las primeras manifestaciones de victoria de la humanidad, viene desde el paleolítico, los más aptos portaban las herramientas y luego evolucionaron hasta llegar a las manos de los hechiceros, shamanes y luego a manos de los guerreros hasta llegar a los soberanos.
El cetro me recuerda algo que una vez leí, que cuando un soldado romano llegaba a recibir honores, le entregaban una vara parecida a los cetros.
Cuando niña nunca pensé en ser reina, solo quería mis medallas de mejor alumna para ir a impresionar a mis abuelos y a mi madre, la vida ha sido buena conmigo, me ha dado de todo, bueno y malo, tristezas, alegrías, deudas y ve, ahora me dan una corona!
La mejor de todas las coronas que podría haber pensando tener en mi vida, es esta, la de reina vitalicia de los paracaidistas de El Salvador.
Debo trabajar duro para hacer honor a ese lugar concedido.
Al final, en agradecimiento, leí a mis amigos el poema que escribí para ellos, si, el mismo que publiqué en el post anterior en este blog. Escrito con todo el cariño que les tengo.
DEDICATORIA.
Dedico esa corona a mi madre, a mi difunto padre, a mis abuelos, a mi hermana, a mi novio, a mis hermanos de la seda, a mis amigos. Porque gracias a todos ellos, vivo la vida contenta y aunque a veces me aflijo por las cosas malas que ocurren pero al final si se tiene amor, la vida es más liviana.
Aquí los recuerdos, fotos tomadas por Sandrita y José Guirola.
Cnl. Turcios, Cnel. Grijalva y yo. |
Con el paracaídas a la espalda. Foto José Guirola. |
La coronación! |
Mi cnel. Turcios entregándome el cetro. |
Leyendo el poema.Foto de Guirola. |
Latín, Rivas, luego mi novio y yo. |
AMIGOS, HERMANOS, GRACIAS POR TODO. PARACAIDISTA!!!!
:)
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