Paracaidistas en San Antonio de la Cal.

Les comparto algo muy importante para mí: el año pasado, justo el día del cumpleaños de mi difunta abuelita Ma Osi, mi amiga paracaidista mexicana Ireri Guerrero, me dijo que un veterano paracaidista de su país, quería contactarme. Revisé y había recibido un mensaje de Fernando Mejia, que estaba trabajando en un proyecto para erigir un monumento en San Antonio de la Cal, Oaxaca, México. El monumento es en homenaje a dos paracaidistas militares que fallecieron en el cumplimiento del deber durante las maniobras generales de invierno el día 10 de diciembre de 1977. El militar me dijo que tenía una propuesta para la comisión que estaba coordinando el proyecto, para lo cual solicitaba que yo le autorizase el uso de mis versos, uno de ellos en singular, de la última estrofa del poema de mi autoría Hermandad de la Seda para ser el epitafio del monumento en memoria de los heroicos hermanos paracaidistas Sold. FAFP Onésimo Alvarado Hernández y Sold. FAFP Sabino Víctor Rubio Gutiérrez. A lo cual le respondí que sí con alegría y agradecimiento.

Pasaron los meses y el día de mi cumpleaños, recibí las fotos que les comparto, me las envió Fernando Mejía y para mí fue un regalo de cumpleaños. 

El monumento fue develado el pasado 9 de diciembre de 2023 en un acto sin precedentes en San Antonio de la Cal. Tras mucho esfuerzo, los veteranos habían cumplido su misión del rescate histórico de sus hermanos.

Hasta hoy vi los videos del magno acto de ese día, el bello lugar fue el punto de reunión de paracaidistas de todo México y de otros países. Me conmoví al escuchar las experiencias de los sobrevivientes y sentí escalofríos al oír mis versos en la voz del maestro de ceremonia y luego en la voz del periodista del medio La Experimental. Agradezco de corazón que mi nombre está en la placa de los créditos del monumento, de alguna manera mi espíritu estuvo presente con mis hermanos de la seda.

Me impresionó conocer la historia, leí experiencias de paracaidistas que saltaron ese fatídico día en uno de los saltos más desafiantes de toda la región. Relatan que las condiciones del viento eran extremas y la zona de aterrizaje era inhóspita y aun así, recibieron la orden de saltar. Todos aquellos hombres saltaron pese al peligro. Hubo muchos heridos que fueron arrastrados por aquel viento frío cuyos nudos eran superiores a lo permitido para el salto, dos cúpulas se enredaron y así dejaron la vida Onésimo y Sabino. Después de 46 años de esa tragedia que dejó cicatrices en el cuerpo y en el alma de los que sobrevivieron, los veteranos erigen por primera vez un monumento para conmemorar el valor y la memoria de los héroes, ahora será una tradición visitar el monumento en San Antonio de la Cal, un destino peregrino para los que somos de la casta de los tigres que vuelan.

Que la memoria de estos héroes viva para siempre y sus nombres sean bendecidos en cada amanecer.

Gracias Ireri, gracias Fernando, gracias veteranos paracaidistas mexicanos, gracias autoridades de San Antonio de la Cal. Desde El Salvador, mi más profundo agradecimiento.

Con respeto para ustedes, aquí mi poema completo:


Hermandad de la Seda.

Salto desde el misterio de un halcón de metal,
llevo a mi espalda la mitad de la luna y un lienzo doblado con todos mis sueños.
 Me lanzo en busca del campo perfecto
y vuelo y caigo,
y caigo y vuelo.

La tierra reclama con fuerza mi corazón de tigre
mientras vuelo entre las barbas del viento.

Viajo rápido por la calle de los Arcángeles
paso por la lágrima donde nace la lluvia
paso por la casa de los truenos y de las flores que nunca lloran.
Paso por el jardín de mis muertos y les beso la frente.
 
Hoy he bailado alegre con la muerte 
Y he rozado suavemente su túnica celeste,
y una cúpula hecha de astros nocturnos ha sostenido la suavidad de los temores que a veces vibran en el alma.
He saludado los atrios de los dioses del viento
He atravesado las sábanas sagradas de las nubes
He visto a mis pies las torres más altas.
He estado más allá de los riscos,
más allá de las cumbres.
 
Hoy me reciben las piedras, el pasto y los árboles
y tal vez mañana seré pestaña de una estrella hecha de espíritus vestido de seda.
Seda que crece como flor de gladiola en el camino de la muerte.
Muerte que muere en la ruta de los rayos de sol.
 
Yo soy como las tormentas,
soy como mis hermanos,
soy como ustedes, 
soy como el viento,
soy paracaidista.


Ingrid Umaña Magaña
El Salvador.

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