La década de las misiones
Una década finaliza hoy, hace 10 años yo tenía las dos misiones más importantes de mi vida: que se realizara el trasplante renal para mi hermana y cuidar a mis abuelitos ya muy enfermos y ancianitos. En el 2011 fue el trasplante y me dediqué a cuidar a mis viejitos y pasó algo que pensé que nunca tendría en mi vida: el amor de un hombre que me amara tal como soy y yo amarlo tal como es. Al final de la década he perdido a mis amados abuelitos, la muerte se los llevó antes de lo que mi corazón hubiera deseado, Ma Osi murió a los 90 años y papá Bene a los 100, y yo los quería eternos. Hace 10 años me preocupaba por todo lo que enfrentaría, pero tenía muy claras cuáles eran mis misiones. Hoy entrego mi misión, entrego la década de las batallas al pie de las tumbas de mis amados. Hubo momentos duros, demasiado duros, pero me queda todo lo maravilloso vivido con mis abuelitos, su amor y sus recuerdos, está mi hermana con vida, graduada de médico después de su resurrección con el trasplante y un gran amor con Rafael Eduardo, que ha sido el guerrero que combate a mi lado en las peores de mis guerras y es el pecho de tigre en que apoyarme al volver herida y cansada. Mis únicos momentos de paz es cuando afilo mi espada para la siguiente batalla. ¿Qué pasará en 10 años más? Tal vez al fin yo ya haya podido ser madre, tal vez haya podido salir a flote con tantas secuelas que dejan las batallas, o tal vez yo ya esté muerta. Cualquiera que sea el fin dentro de 10 años, solo sé que me enfrentaré con toda mi fuerza porque ya pasé mis peores miedos al perder a mis amados abuelos. La década que comencé junto a mis abuelos con un brindis de jugo de manzana, termina hoy con un recuerdo de lo que fui y un eterno agradecimiento.
Feliz año nuevo, feliz nueva década a todos mis apreciados lectores, amigos y familia.
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