Dos décadas de amistad
Hace 20 años conocí a mi mejor amiga, mi amiga del alma, Crimilda. La nota que puse en mi diario de ese día dice literal: "Hoy, antes de la clase, conocí una chica muy inteligente, se llama igual como en la leyenda de los Nibelungos, pero lo escribe con C, Crimilda. Hicimos plática y entre tanta cosa me preguntó si yo era testiga de jehová y le dije que no, quizás pensó eso por lo largo de mi falda. Creo que seremos buenas amigas, le gusta química y matemática igual que a mí". Y ese 'creo' no fue en vano. No sé cómo resumir dos décadas en pocas palabras. Recuerdo como recalcaba la escritura de su nombre y yo insistía en escribirlo con k. También yo le recalcaba que la falda larga no era por alguna religión, era porque mi madre quería que así vistiera. Hemos estado en las buenas, las malas y las peores, nos hemos visto más veces en el hospital que en una fiesta, bueno, creo que pocas fiestas: nuestras graduaciones de la U, la graduación de Elmer y la boda de su herm