Una Historia de Muchas Puertas y un Rayo
La historia que hoy contaré ocurrió en el invierno de 1925. Pero antes de comenzar, les contaré algo acerca de un montón de puertas que habían por todos lados en la hacienda Los Lagartos.
Esta tarde, platicando con mi abuelo Benedicto, me contó una historia. Dice que antes, en Los Lagartos, habían unas puertas que dividian los lugares poblados de los lugares donde paseaba el ganado, los potreros.
Esas puertas tenían un mecanismo antiguo que se abría por medio de un golpe, por eso las llamaban Puertas de Golpe. Eran de madera tabloncillo (pulgada y media de ancho) y muchas piezas de hierro. Les ponían un pequeño techo para protegerlas del clima.
La hacienda Los Lagartos, estaba llena de estas puertas. Estaba la Puerta de Golpe de Los Angeles, tambien la llamaban la 3 de Mayo, estaba también la Puerta de Golpe de la Camándula donde colgaba un rótulo que decía "Eugenio Aguilar & Co". Esa puerta nunca se abría, sólo que lo necesitara el patrón.
Luego estaba la Puerta del Casco de la Hacienda, donde hoy está la casa comunal, la otra estaba en la subida del actual parquecito, habian otras dos puertas por el caserío Casa Blanca y por donde vive hasta hoy don José López. Había también una frente al portón del Valle La Puerta y otra que dividía el paso del nacimiento de agua La Bomba.
Con tanta puerta por todos lados, no se como hacían para atravezar el lugar, tenían que ir rodeando el casco de la hacienda para llegar a sus casas. Los patrones tenía bien cercado los enormes terrenos de su hacienda.
Y había otra puerta, que es el motivo de esta historia. Esta puerta era llamada tristemente: la Puerta del Rayo.
Cuenta mi abuelo que cuando él estaba pequeño, durante una plática familiar con su abuela, mamá Toña y su padre, papa Pochón, comentaron una desgracia que le pasó a un campisto de apellido Rivas. Llamaban campistos a los jinetes encargados de cuidar el ganado en las haciendas. Normalmente, eran un equipo de cuatro hombres, su lider era llamado mayordomo.
Una tarde, bajo una tormenta, un campisto aún no regresaba de sus labores. El jinete Rivas cabalgaba tranquilo bajo la lluvia. Se acercó a la Puerta de Golpe que estaba ubicada en la calle que viene del cementerio.
El hombre no se bajó de su caballo y comenzó a maniobrar el mecanismo antiguo de la puerta, la abrió para entrar a la zona del Ingenio, cuando de pronto, un rayo hizo su descarga fatal sobre el cuerpo del campisto. Le arrebató la vida a él y a su hermoso caballo café.
Desde entonces esa puerta, fue llamada la Puerta del Rayo.
-el sol se escondió para no ser testigo de tal hecho- dijo mi abuelo al narrar la historia. Él suele usar esas formas antiguas de hablar.
En el lugar donde sucedió esto, hasta llegar al cementerio había un cerco de matial para detener al ganado.
Al pasar los años, cuando mi abuelo tenía 16 años, quitaron del lugar la Puerta del Rayo, porque en la hacienda decidieron semblar caña y café en lugar de tener ganado y como ya no habían motivos para tener las puertas fueron desechadas y olvidadas.
El linaje familiar del jinete del rayo aún se conserva. Rivas era hermano del abuelo de Ivan Rivas, ex alcalde del municipio.
Yo no se si ellos recordarán esta historia tan triste. Pero quize esta noche traer el recuerdo del hombre del rayo, quize traerlo desde el pasado hasta ustedes. Es una historia muy triste.
Mi abuelo a sus 92 años, se puso a dibujar con su poca visión. los recuerdos que los años han ido bañando de olvido, regresaron hoy. Esos ayeres que se creían muertos, estaban dormidos entre las canas de mi viejo. Nunca es tarde para que vuelva el nombre de aquel hombre que murió tras el abrazo de la mirada de los dioses del trueno.
Hoy volvieron las puertas a la memoria de mi abuelo, como buscando su resurrección desde el velo del pasado.
Le tomé fotos a mi viejo, él se esforzaba por dibujar. Y como no encontró una regla para que las líneas fueran rectas, tomo un libro de poesía y rayó en sus lados y sus ojitos le fallaban pero continuó hasta que dejó este dibujo que mas abajo comparto en otra foto.
El día de ayer, día de los muertos, casi 85 años después del rayo en la puerta de golpe, en el sitio donde también hubo una puerta que dividía Los Lagartos del Zunza, un rayo le arrebató la vida a dos adolescentes. Dos jovencitos en la fror de su adolescencia fueron llevados en ese extraño corsel hecho de energías.
Aquí, un reflejo de aquella puerta. Regresa del pasado. Es traída desde allá por las neuronas de un hombre ya viejo que dice que la vió y que no olvida la historia del jinete que murió tratando de cruzarla.
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