Estoy contenta: Noviazgo.
Durante estos días he tenido demasiadas cosas y no había podido comentar en este blog acerca de mi noviazgo. En Facebook sí puse la noticia, pero hasta pasados 9 días de la partida de mi gran amigo Rafael Menjívar Ochoa. Así que aquí en mi blog hasta ahora estoy haciendo público que encontré a mi media naranja o quizás él me encontró a mí. Sí, ya tengo novio, desde hace dos meses, se llama Eduardo, es hijo de mi gran amigo Rafa, es mitad mejicano y mitad salvadoreño, ah pasado toda su vida en México, tiene mi edad, es músico de profesión, jazista para ser exactos, es practicante de artes marciales, tiene buen corazón, buen humor, es guapo, muy culto, hecho justamente a la medida de mi corazón. Así que, mis queridos amigos y lectores, comparto con ustedes esta alegría. Tengo novio! Me quiere! Me cuida! Hasta me cocina. Claro, no a mí, sino comida para mí!
Me visita en mi casa, como debe de ser. Platica con mi abuelo, comienzan hablando de Pancho Villa, pasan por el Codex Gigas y terminan con nuestro tema favorito: Leónidas y sus espartanos.
Siempre hay un buen tema de conversación. Siempre estamos conversando, hablando de técnicas de ninjutsu, aikido, karate, armas, katanas, leyendo poesía, tomando café o viendo documentales en la tv. Son temas que a mí me gustan mucho.
Realmente me siento bien. Muy querida y mimada.
La historia con Eduardo comenzó cuando su padre, Rafael, me platicaba mucho acerca de él. Me decía que debía conocer a su hijo porque teníamos cosas afines – las artes marciales – como para ser amigos. Así fue como nos agregamos al entonces agradable hi5 allá por noviembre del 2008 y desde entonces manteníamos contacto de amistad por ese medio.
El tiempo pasó y cada quien llevaba su vida sin pensar que un día el destino nos pondría en el camino de una forma muy triste. Este año, en enero, mi amigo Rafa empeoró de su enfermedad y Eduardo vino desde México para cuidar de su padre. Así fue como lo conocí en persona. Llegué a la casa de Rafa, a mediados de febrero, de pronto vi unos enormes ojos verdes que me estaban mirando cuando bajé de mi tanque felino y pensé “que serio”. Nos presentó Krisma y luego entré a la casa de ellos y me fui directamente saludar a Rafa que en ese momento se estaba fumando un cigarro. Rafa estaba muy contento de que al fin conociera a su hijo.
Así fue como todo comenzó, al siguiente domingo, Eduardo me invitó a un arroz en leche en su casa, desde luego cocinado por él. Nunca olvidaré esa tarde que estábamos todos tertuliando en el cuarto de Rafa y comiendo arroz en leche. Rafael cantaba y Eduardo ejecutaba su guitarra mientras Valeria, Krisma y yo nos divertíamos escuchando a padre e hijo unidos en una pieza musical muy bella propia de Rafael: Azul.
Pasaron los días y yo me hice amiga de Eduardo. Nos conocimos, nos frecuentamos y nos comenzamos a llevar bien. Luego su padre empeoró de la enfermedad y fue ingresado en el hospital, en esos días fue la cirugía de trasplante de riñón para mi hermana y nos internaron una semana. En el lapso de un mes nuestras vidas cambiarían por varias razones. Mi hermana fue operada y aceptó el riñón, funcionó a los 3 minutos de tenerlo en su cuerpo, yo me puse muy feliz porque pude hacer algo por ella y porque las cosas salieron bien, agradezco a los médicos por tener la luz del conocimiento y llevar al éxito la cirugía, mi hermana le agradece a Dios, yo a la ciencia. Estando ingresada en el hospital me entero de que Rafa estaba muy pero muy mal y yo sin poder ir a verlo y acostada en una cama de zona restringida con la panza llenita de hilos que unían mi carne. Eduardo me fue a visitar al hospital, me vio toda adolorida y hecha leña sin arreglos y sin nada más que la “sexy” ropa que te dan en los hospitales, ropa muy floja y de manta, pero yo así le gustaba!
Pura coincidencia del destino que una enfermera que hace turnos en el ISSS, al ver a Eduardo me dijo “yo hago turnos en el Diagnóstico cuando no vengo aquí y allí he visto a ese muchacho, es hijo de un escritor que está muy mal”. Por enésima vez, qué pequeño es este mundo!
El día que me dieron de alta, él me fue a traer junto con mi madre, Valeria, Krisma y Eunice. Desde ese día él no me dejó sola, me dijo si podía visitarme en mi casa y le dije que sí. Comenzó a llegar y a los días me robó nuestro primer beso.
Estuve yendo a visitar a su padre al hospital. Hasta que para el día de mi cumpleaños, 10 de abril, Eduardo me pidió que fuera su novia en la cafetería del Hospital de Diagnóstico después de la visita a su padre. Inmediatamente le dije que sí. Y la historia comenzó.
El padre de mi novio, mi gran amigo Rafa estaba feliz de que seamos novios, muy complacido me dijo “vos y él han sufrido mucho en la vida, es hora de ser felices”. Pero antes me hizo la broma “pinche rumana, cuáles son tus intenciones con mi hijo?” jajajaja.
Con Eduardo fuimos a Izalco en Semana Santa, a la playa también fuimos para el 10 de mayo, ese día en el Zunzal lucí con un gran orgullo mi panza con la cicatriz del riñón que se fue a cumplir misión al cuerpo de mi hermana. También hemos ido al concierto de Los Alfaro invitados por nuestros buenos amigos César Alfaro y señora. Hemos andado juntos en recitales, cine y ya lo llevé a presentar a la Federación de Paracaidismo, ya con el visto bueno de mis hermanos mayores de la seda me siento muy contenta.
En tan poco tiempo hemos estado juntos en circunstancias muy tristes: la terrible partida de su padre, Rafa, mi amigo y mi maestro. La partida del abuelo de dos amigos, la partida de la abuela de mi compañero de tesis, la partida de la madre de un colega, son demasiadas despedidas, demasiadas personas se van.
Ahorita la vida me sonríe, estamos sin pisto pero eso no nos importa. Espero que los tiempos que vengan sean aún mejores. Ahora ya no estoy caminando solita.
Eduardo me quiere y me quiere bonito. Así como quieren los grandes caballeros.
:)
Comentarios
Saludos de alguien que también, recientemente encontró quien le dijera que es tiempo de dejarse querer.
Víctor
y de veras sienten que ya no escribo como antes?