Salto de Homenaje para Afif y Eduardo (R.I.P.)
El sábado 18 de Diciembre, el Coronel Luis Mariano Turcios convocó a todos los paracaidistas a una reunión de Homenaje para nuestros héroes paracaidistas fallecidos en el cumplimiento del sueño milenario de toda la humanidad: Volar. Porque sólo los que han probado el sabor de las alturas pueden comprender la grandeza de los hombres y mujeres que pueden contemplar ante sus ojos la curvatura de la tierra, la gracia de las nubes rosando la piel y la angustia de las moléculas del aire apartándose para que el cuerpo del paracaidista atraviese los atrios de los dioses.
Llegamos muy temprano a las instalaciones de la Federación. Llegué decidida a saltar en memoria de mis amados hermanos Eduardo Ramírez Palacios y Jhamil Afif Calderón Abuslin.
Cuando llegué me dio tanto gusto ver allí a Jacky, la esposa de Eduardo. Ella sabe que su hombre está con ella y que su presencia espiritual la protegerá para siempre.
Roberto, el hermano de Eduardo estaba empacando su paracaídas, visiblemente consternado, sus lágrimas muy de hermano humedecían las cuerdas de su paracaídas, el mismo paracaídas con el que había volado de nube en nube junto a su hermano de sangre, de seda y de aire.
De pronto arribó nuestro hermano paracaidista Kurt Meyer de la República de Guatemala, no venía solo, su esposa le acompañaba. Todos nos fundimos en un abrazo de duelo y lloramos.
Kurt vino a saltar junto a nosotros en el Homenaje.
Nos equipamos para el salto y muchos de los que saltamos el día en que nuestros hermanos partieron al Valhalla, también estábamos allí listos y para surcar los cielos. Pero también varios camaradas que no estuvieron en el aire con nosotros el día de la tragedia se acercaron para saltar en el Homenaje, también querían honrarlos y despedirlos como Afif y Eduardo se lo merecen: con un salto.
El Coronel Turcios dio unas hermosas palabras de homenaje para nuestros héroes, luego Roberto y por supuesto la esposa de Eduardo nos quebró el espíritu con su muy atinada elocuencia.
Al final, pedí la palabra y leí unos versos correspondientes al prefacio del poema El Altazor o El Viaje en Paracaídas del poeta Vicente Huidobro. Tomamos nuestros paracaídas y nos fuimos a acompañar y despedir a nuestros hermanos en un salto muy importante, El Salto a la Eternidad.
Antes de abordar el avión, Jacky me llamó y cuando me acerqué nos tomamos las manos justo como cuando yo le pedía energía a su esposo Eduardo y sentí la misma sensación como si fuera él quien me estaba haciendo la transferencia de buena vibra. Era como si Eduardo a través de su esposa estaba diciéndome que todo iba a salir bien.
Abordamos el avión C-47 de la Fuerza Aérea Salvadoreña, junto a nosotros viajaba Kurt Mayer de Guatemala y la gente del Comando de Fuerzas Especiales.
En el avión íbamos muy motivados, tal como a Eduardo y Afif les hubiese gustado. El Coronel Grijalva era nuestro Maestro de Salto, cuando llegamos a 10,000 pies de altura dio la orden para ponernos de pie y prepararnos para saltar. En ese momento todos experimentamos una energía positiva y una fortaleza interior, era una experiencia inmensamente espiritual.
Maestro de Salto: Listos?
Paracaidistas: Listos!!!
Maestro de Salto: Salten!!!
Y todos salimos al aire.
Sentí el descenso más sublime de toda mi vida, sentí una felicidad casi angelical durante mi vuelo, era como si sintiese la presencia de los espíritus en cada milisegundo.
Vi mi altímetro y a penas marcaba 8,000 pies y yo sentía como si eran horas de sagrada plenitud las que habían pasado. Había nubes a baja altura y por eso a los 4,000 pies hice mi apertura. Cúpula sobre mi cabeza y nubes bajo mis pies.
Suspendida con mi paracaídas me di cuenta que estaba muy lejos de la zona de aterrizaje, habían demasiadas nubes y no me dejaban ver. Pero rápido me enfilé a la zona sin problemas.
Y en medio de aquellas nubes tan frías comencé a saludar a gritos a nuestros muertos, a decirles que ese salto era en su memoria, a gritarles que sabíamos que ellos habían saltado esa mañana junto a nosotros y que un día nos veremos de nuevo en los cielos más azules que en la próxima vida pudiesen existir.
Y allí veníamos todos los paracaidistas, como medusas coloridas siguiendo la ruta de los truenos y de las tormentas.
Nuestros aterrizajes fueron exitosos y llenos de júbilo. Honramos a nuestros guerreros y los despedimos a la usanza de los Tigres del Aire, con todo el respeto que su memoria exige.
Al caer a tierra, Jacky nos dio las gracias por saltar en memoria de su esposo, me sentí conmovida porque nunca antes me habían agradecido un salto. Pero en realidad soy yo quien agradece al destino por haber saltado junto esos grandes caballeros Fernando Calvo, Eduardo Ramírez y Afif Calderón. Soy yo quien debe agradecer por todo lo compartido con mis grandes amigos y Hermanos de la Seda. De Hermana a Hermanos, en vida y en muerte, Paracaidista!!!
Luego nos fuimos para la Federación, allí brindamos por nuestros guerreros, brindamos por nuestros héroes, brindamos por ellos!
Y para decirles See you Soon Knights he aquí un fragmento del Viaje en Paracaídas de Vicente Huidobro, Chile 1919.
“Tomo mi paracaídas y del borde de mi estrella en marcha me lanzo a la atmósfera del último suspiro. Ruedo interminablemente sobre las rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la muerte.”
“Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo.”
“Ah mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte.”
“Y mientras de más alto caigas, más alto será el salto, más larga tu duración en la memoria de la piedra”.
“Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable”.
:(
VIDEO DEL SALTO EN HOMENAJE A AFIF Y EDUARDO.
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Abrazos.